Las tejas metálicas ofrecen una combinación de alta resistencia, bajo peso y facilidad de fabricación. Sin embargo, algunos errores de proyecto e instalación pueden ocasionar patologías en la cobertura metálica. La más frecuente es la corrosión, responsable por disminuir drásticamente la vida útil de ese tipo de tejado.
Para evitar esas patologías, existen algunas buenas prácticas a ser adoptadas. La escoja de buenos materiales y proveedores es esencial para garantizar la durabilidad y el buen funcionamiento de todos los productos envueltos en la cobertura.
¿Quiere saber cuáles las situaciones pueden causar problemas en las tejas metálicas? Confiera este artículo preparado para usted. ¡Buena lectura!
¿Cuáles son las principales causas de las fallas en coberturas metálicas?
Las patologías en las tejas metálicas llevan al perjuicio de la pieza y hasta mismo al colapso de toda la estructura. El resultado es, además del perjuicio económico, el derroche de material, mano de obra y tiempo para los reparos. Las principales causas de las patologías en ese tipo de cobertura son:
– fallas de proyecto y detalles, responsable por daños y deterioración de la estructura;
– fallas en el proceso constructivo, lo que provoca la reducción de la durabilidad de los materiales y riesgo en la eficiencia de estanqueidad de la cobertura;
– calidad y utilización inadecuada de los materiales, pues se deterioran precozmente y reducen la vida útil de la cobertura;
– fallas o ausencia de mantenimiento adecuado, culpado por la degradación acelerada de la cobertura;
– utilización y montaje indebido de la estructura y accesorios de fijación y veda, causador de daños y reducción de la vida útil del sistema.
La corrosión es uno de los mayores problemas en las coberturas metálicas. Ella puede manifestarse de diversos modos, pues depende del tipo de material, del ambiente de exposición, de asociaciones inadecuadas entre metales diferentes, entre otros factores.
Los tipos de corrosión más conocidos son la generalizada y la localizada. La primera es cuando el daño está presente en una gran área de la cobertura y ocurre generalmente porque la calidad de la teja no es resistente lo suficiente para el ambiente donde fue aplicada. Cuando la corrosión es localizada, hay solamente el surgimiento de oxidación en algunos puntos de la teja, normalmente cerca de los tornillos y remaches.
¿Cuáles situaciones pueden provocar patologías en la cobertura metálica?
Muchas situaciones de proyecto, ejecución y mantenimiento pueden resultar en corrosión y otras patologías en la cobertura metálica. Vea, a seguir, cuáles son las principales.
1. Aprieto excesivo
El aprieto excesivo del tornillo en las tejas metálicas puede llevar a diversos tipos de problemas. Uno de ellos es el daño al revestimiento y a la pintura, que descascaran alrededor del tornillo y retiran la protección de esa área. La arandela de sellado también puede quedar comprometida, en algunos casos hasta romper. Además de eso, muchas veces las tejas son arrugadas en el punto de fijación, lo que resulta en un hundimiento de la pieza, acumulo de agua y detritos y comprometimiento de la estética.
Las probabilidades de infiltración y el aparecimiento de goteras aumentan con la combinación de agua acumulada, sellado comprometido y oxidación de la teja. Este problema puede ser evitado con el uso y regulado del limitador de profundidad en el momento de la aplicación del fijador.
También es imprescindible evitar el uso de fijadores de baja resistencia a la corrosión, pues ellos pueden transferir esa patología para las tejas. Dar preferencia a las arandelas vulcanizadas, que no se desplazan en relación al tornillo, es otro buen consejo.
2. Aplicación del tornillo en local incorrecto
Fijar la teja sencilla con el tornillo en la mini ola (en el caso de tejas trapezoidales) puede ocasionar arrugamiento y consecuentemente el acumulo de agua y mugres causadores de la corrosión. Este es solamente un ejemplo de los problemas que un tornillo aplicado en local indebido puede causar a la cobertura metálica. Para más ejemplos y para aprender a dimensionar los fijadores de una cobertura, acceda a nuestro blog un completo Guía de Dimensionamiento de Fijadores.
3. Montaje de la teja de forma errada
Algunas coberturas en arco son hechas con las tejas incorrectas para esta aplicación, lo que resulta en espacios entre las conexiones. También pueden acontecer pliegues en las chapas al forzarlas a adecuarse a la inclinación deseada. En ambos los ejemplos de montaje errado, hay el comprometimiento del sellado y consecuentemente infiltraciones en la estructura.
Además de eso, la instalación de coberturas metálicas exige una estructura robusta de acero u hormigón para dar soporte. Eso porque una sustentación inadecuada puede causar aperturas entre las conexiones y torcerlas. También se debe observar si hay una inclinación adecuada, pues ángulo cero o negativo desencadenan infiltraciones y no posibilitan el drenaje correcto de la lluvia.
Normalmente, es recomendada una inclinación arriba de 5%, pues evita la formación de charcos de agua. Además de eso, es necesario llevar en consideración la instalación de elementos complementares, como aparatos de climatización, aislamiento acústico y térmico, chimeneas, pararrayos, forros etc. Ellos deben ser colocados en local apropiado para no perjudicar las tejas.
Tras la instalación de la cobertura, aún hay la posibilidad de ocurrir el surgimiento de puntos de oxidación en la superficie de las tejas. Eso acontece por la oxidación de las partículas de metal conocidas como virutas, que se depositan en la teja al cortar o/y perforar al chapa, por ejemplo, en la fijación de los tornillos. Por no contar con protecciones como el cincado y la pre pintura, la viruta oxida en contacto con la humedad del aire.
Inicialmente, este problema es solamente estético, pero pasa a provocar la oxidación de la cobertura en medio plazo. Por eso, al final de cada día de montaje, debe ser realizada la limpieza cuidadosa de la superficie, a fin de evitar ese problema en el futuro.
4. Ausencia de sellado
La ausencia de sellado en coberturas metálicas o su ejecución con materiales inapropiados, como silicona común, hace con que el agua de la lluvia se infiltre en la estructura y dañe rápidamente las tejas. Eso ocurre porque áreas expuestas a las variaciones climáticas y a los rayos UV exigen el uso de un sellador de alta performance con excelente adhesión, cohesión y resistencia al envejecimiento y a las intemperies. Por eso, es importante evaluar el local donde el producto será utilizado, pues ciertos ambientes más agresivos necesitan de sistema de sellado más resistentes.
5. Tipo inadecuado de teja
El desempeño y la durabilidad de tejados metálicos están directamente conectados al tipo de teja y su revestimiento. En la especificación del sistema de cobertura, debe ser evaluado el ambiente, qué será producido/beneficiado debajo de esta cobertura y si hay agentes que puedan ser generadores de gases responsables por la aceleración de oxidación. Otro punto es la inclinación, conforme explicado en el tópico 3, y la compatibilidad con el proyecto estructural que soportará toda la cobertura.
6. Influencia de agentes externos
Uno de los agentes externos causador de patologías en cobertura metálica son las intemperies. Ambientes próximos al mar y con lluvia ácida, por ejemplo, pueden oxidar los tornillos y, posteriormente, las tejas. Por lo tanto, la resistencia a las intemperies debe ser considerada en su obra, para garantizar la durabilidad de los materiales por más tiempo.
Prestar atención en el revestimiento de los tornillos también es muy importante. Eso porque la escoja del revestimiento depende de la superficie en que el fijador será aplicado, las condiciones del ambiente y las agresiones sufridas en el transcurso de la actividad en el local. Actualmente, hay tres tipos de revestimientos disponibles para cobertura: cincado electrolítico, cincado mecánico o revestimiento especial (Ecoseal®).
Otra cuestión que requiere atención es si el revestimiento del tornillo es compatible con la teja. Por ejemplo, tener una teja pre pintada o galvanizado con un tornillo cincado blanco es un error, pues la teja tiene alta resistencia a la corrosión, lo que no ocurre con este tipo de tornillo. El resultado es la posible corrosión en los puntos de fijación, que se transformarán en un problema mayor en el futuro.
Otro problema recurrente es arrugado de las chapas al caminar durante la instalación, mantenimiento o/y limpieza. Lo correcto es siempre colocar tablas para distribuir el peso y así evitar el arrugado de las tejas.
Más un punto que merece atención es la construcción de estructuras adyacentes al tejado. Cornisas y muros, por ejemplo, pueden llevar a la caída de materiales sobre la cobertura, que arrugan y dañan la estructura. Además de eso, la colocación de pararrayos y canaletas también debe ser hecha con cuidado y en local apropiado, de modo a no deteriorar las tejas metálicas.
Para evitar las patologías en cobertura metálica, es importante contar con un proveedor que ofrezca productos y servicios de calidad. Además de un mantenimiento regular de ese sistema para alargar su vida útil y evitar cambios de piezas constantes.
Si usted aún tiene alguna duda sobre las patologías en cobertura metálica presentadas en este texto, ¡entre en contacto con nosotros para que podamos ayudarlo!
Comentários
Ainda não há comentários. Seja o primeiro a comentar.